Comunicado sobre el cementerio de Sevilla

Ante las imágenes difundidas de restos de personas en el cementerio de Sevilla, el Ayuntamiento aclara que corresponde a los trabajos de exhumación de la fosa común de Pico Reja. Estos restos corresponden a personas no represaliadas y sin identificar. Actualmente están cubiertos y en un espacio no accesible al público para ser progresivamente incinerados.

La delegada de Presidencia y Hacienda, Sonia Gaya, ha explicado hoy que los restos que aparecen en un vídeo difundido por redes sociales corresponden a personas no represaliadas ni identificadas que han sido exhumados de la fosa común de Pico Reja del Cementerio y depositados en un espacio acotado, reservado y sin acceso al público, en bolsas cerradas y debidamente cubiertas con lonas para incinerarse de forma progresiva al tratarse de una gran cantidad de restos. “Es un espacio cerrado y, por tanto, restringido al público. Tan sólo tiene acceso el personal del cementerio, que deposita allí los citados restos, que previamente ha almacenado la empresa Aranzadi, encargada de los trabajos de exhumación de la fosa común de Pico Reja, en bolsas cerradas”, ha aclarado Gaya.

Después de un profundo trabajo de memoria democrática, aquellos restos que no revelaban signos de represión ni han sido reclamados han sido depositados en bolsas debidamente cerradas y protegidas mediante lonas cubiertas para iniciar el procedimiento de reducción a cenizas que se combina con las tareas diarias propias del personal del Cementerio de San Fernando.

A 31 de septiembre de 2022, y una vez culminados los trabajos de exhumación, se habían localizado 1.718 restos de personas con evidentes indicios de haber sido represaliadas, otras 4.237 personas inhumadas en ataúdes, 2.480 en desconexión anatómica y 165 restos aislados, según el balance realizado por Aranzadi. Por tanto, son 8.600 cuerpos. De ellos, los 1.718 restos de personas con evidentes indicios de haber sido represaliadas durante la Guerra Civil y años posteriores de la dictadura están clasificados y custodiados hasta que se realicen las pruebas de ADN que permita identificar a sus familiares. El resto de cuerpos son los que han de ser progresivamente incinerados.