CARLES BLANCH & PEDRO ESTEVAN - Las canciones del Emperador

Ficha Artística

Carles Blanch, vihuela

Pedro Estevan, percusión

Programa

Las canciones del Emperador. Música en el imperio de Carlos V

Joan Ambrosio Dalza (?-1508)

[Intabulatura de lauto, libro cuarto. Venecia, 1508]

Calata ala Spagnola nº1, nº5 y nº6 “ditto terzetti”           

Caldibi Castigliano          

Luis de Milán (c.1500-c.1561)

[Libro de música de vihuela de mano intitulado “El Maestro”, Valencia, 1536]

Pavanas nos.4, 5 y 6

Fantasía no.11 de Consonancias y redobles

Luis de Narváez (c.1500-c.1550/60)

[Los seys libros del Delphin, Valladolid, 1538]

La Canción del Emperador de Josquin

Cuatro Diferencias sobre Guárdame las Vacas

Paseábase el Rey Moro

Canción del primer tono de Gombert

Alonso Mudarra (c.1510-1580)

[Tres libros de música en cifra para vihuela, Sevilla, 1546]

Pavana de Alexandre y Gallarda

Fantasía nº2 para desenvolver las manos

Fantasía nº10 “que contrahaze la harpa en la manera de Ludovico”

Romanesca

Miguel de Fuenllana (c.1500-1579)

[Orphénica Lyra, Sevilla, 1554]

Tan que vivray

Glosa sobre la misma canción

Duélete de mi señora de Vázquez

Fecit Potentiam de Guerrero

Benedictus a Tres de la Misa Mille Regres de Morales

Tielman Susato (c.1510/15-d.1570)

[Danserye, Amberes, 1551]

Pavane Mille Regretz

Basse Danse Mon Desir

La Morisque

Quatre Branles y Les Fagots

Carles Blanch (1993) / Pedro Estevan (1951)

[Improvisaciones]

Sobre La Spagna de Isaac

Sobre un Sanctus de Josquin

Sobre las Tres morillas me enamoran del Cancionero de Palacio

Notas

Durante el reinado de Carlos V (1516-1556), el vasto imperio hispano –que abarcaba sus posesiones en España, los Países Bajos, Italia, el Sacro Imperio Romano y los nuevos territorios americanos– creó un entorno cultural excepcionalmente rico y cosmopolita. En este contexto floreció la vihuela de mano, instrumento de cuerda pulsada que se convirtió en el símbolo sonoro de la nobleza española. Con su caja de resonancia en forma de ocho y sus seis órdenes de cuerdas, la vihuela era considerada el instrumento noble por excelencia en los palacios y cortes reales. A diferencia del laúd italiano (a veces llamado “vihuela de Flandes”), la vihuela era un instrumento íntimo, refinado, ideal para la interpretación solista y para acompañar la voz o para la improvisación.

Entre 1536 y 1576 se publicaron en España siete libros fundamentales de música en cifra (tablatura) para vihuela, que constituyen uno de los mayores legados del Renacimiento ibérico: El Maestro de Luis de Milán (Valencia, 1536), Los seys libros del Delphin de Luis de Narváez (Valladolid, 1538), Tres libros de música en cifra para vihuela de Alonso Mudarra (Sevilla, 1546), Silva de Sirenas de Enríquez de Valderrábano (Valladolid, 1547), Libro de música de vihuela de Diego Pisador (Salamanca, 1552), Orphénica Lyra de Miguel de Fuenllana (Sevilla, 1554) y El Parnaso de Esteban Daza (Valladolid, 1576). Estos volúmenes estaban dedicados a nobles y mecenas, y reflejan el gusto aristocrático de la época: fantasías contrapuntísticas de notable complejidad, danzas de origen italiano, francés o español, arreglos de canciones populares y glosas sobre motetes y fragmentos de misa de los más célebres compositores (Josquin Desprez, Nicolas Gombert, Cristóbal de Morales...). La escuela flamenca, la más prestigiosa de la polifonía renacentista, era especialmente admirada en la corte imperial, y sus obras se adaptaban a la vihuela con delicadas ornamentaciones y variaciones.

El repertorio para vihuela se divide en tres grandes géneros: las fantasías, que muestran la maestría contrapuntística y la libertad creativa del intérprete; las danzas (pavanas y gallardas, principalmente) a las que habría que añadir los ostinati que se llamarían arias con el tiempo (como el de la romanesca o el de Vacas), que llegaban desde Italia, Francia y los Países Bajos, y que se tocaban en los salones y fiestas palaciegas; y los arreglos de canciones y piezas vocales, en los que el vihuelista transformaba en música instrumental las melodías más famosas de la época, añadiendo glosas, disminuciones y variaciones que enriquecían la textura original. Sin embargo, las tablaturas impresas que han llegado hasta nosotros representan solo una pequeña parte de lo que realmente se tocaba. Gran parte de la música renacentista era improvisada: los músicos de corte creaban al instante glosas sobre temas conocidos, acompañaban a cantantes o inventaban variaciones espontáneas según la ocasión y su propia destreza. La vihuela, por su versatilidad y una tradición que venía sin duda de tiempos medievales, era el instrumento perfecto para esta práctica creativa.

En este concierto se ofrece una selección representativa de ese universo sonoro, incluyendo algunas conocidas piezas italianas de carácter español del laudista Joan Ambrosio Dalza y danzas populares y cortesanas publicadas en Amberes por el editor Tielman Susato. Las improvisaciones finales de Carles Blanch y Pedro Estevan sobre temas de Isaac, Josquin y el Cancionero de Palacio nos recuerdan precisamente esa tradición viva y espontánea: la música no estaba fija en la página, sino que cobraba vida en las manos y en la imaginación del intérprete.

© Pablo J. Vayón

Biografía

Carles Blanch, vihuela

Nacido en Flix (Ribera d’Ebre) en 1993, Carles Blanch es un intérprete especializado en los instrumentos de cuerda pulsada del Renacimiento y del Barroco. Su formación musical se inicia en la Escuela Municipal de Música y Danza de Móra d’Ebre con el profesor William Waters, donde despierta su interés por la música antigua. Prosigue sus estudios de guitarra con Gustavo Them y Sadahiro Otani, y más adelante se gradúa en la Escuela Superior de Música de Cataluña (ESMUC) en la especialidad de instrumentos de cuerda pulsada, bajo la guía de Xavier Díaz-Latorre. Ha recibido clases magistrales de reconocidos intérpretes como Rolf Lislevand, David Russell, Carles Trepat o Àlex Garrobé.

Desde 2019 forma parte de Accademia del Piacere (dir. Fahmi Alqhai), con quien ha participado en destacados proyectos discográficos como Colombina (2022) y Spain on Fire (2025). También ha colaborado con conjuntos de prestigio internacional como Le Concert des Nations (dir. Jordi Savall), Vespres d’Arnadí (dir. Dani Espasa), Ensemble O Vos Omnes (dir. Xavier Pastrana), Jove Capella Reial de Catalunya (dir. Lluís Vilamajó), Laberintos Ingeniosos (dir. Xavier Díaz-Latorre) o L’Arpeggiata (dir. Christina Pluhar).

En 2023 debuta discográficamente con el álbum Viola de Mar, junto al percusionista Marc Clos, un proyecto que explora la música europea del Renacimiento desde una mirada contemporánea. En 2025 publica la segunda parte de esta propuesta, junto a la soprano Quiteria Muñoz y el contrabajista Miquel Àngel Cordero, consolidando su faceta más creativa y personal.

Actualmente compagina su intensa actividad concertística con la docencia en el Conservatorio Municipal de Música de Vila-seca, donde imparte guitarra e instrumentos de cuerda pulsada del Renacimiento y del Barroco.

Pedro Estevan, percusión

Nacido en Sax, Alicante (1951). Cursó los estudios de percusión en el Conservatorio Superior de Música de Madrid con el profesor José María Martín Porrás, especializándose en música contemporánea. Fue miembro fundador del Grupo de Percusión de Madrid. Amplió estudios con Sylvio Gualda, con el maestro senegalés Doudou Ndiaye Rose y con Glen Vélez. Convencido músico freelance, formó parte de diversos grupos de jazz, trabajó como «músico de sesión» y creó Orquesta de las Nubes –junto con María Villa y Suso Sáiz– y los grupos Rarafonía y Pan-Ku percusión.

Ha colaborado con la Orquesta de RTVE, la Orquesta Gulbenkian, el Grupo Koan, el grupo de música fonética Glotis, la Orchestra of the 18th Century, la Orquesta Sinfónica de Madrid, el Grupo LIM, Les Saqueboutiers de Toulouse, The Paul Winter Consort, el Grupo Círculo, la Camerata Iberia, AnLeuT Música, Accentus, Sinfonye, Ensemble Baroque de Limoges, The Harp Consort, Mudéjar, Ensemble Kapsberger, La Real Cámara, Al Ayre Español, Orphenica Lyra, Orquesta Barroca de Sevilla y L’Arpeggiata.

Como solista ha dado conciertos con la Orquesta de Cámara Nacional de España y la Orquesta Reina Sofía. Ha participado en el festival Milano-Poesia, en el 4th Biennial Festival of Music de Brisbane, Nafarroako-Jaialdiak y en diversos ciclos de música actual con programas exclusivamente de percusión. Así mismo ha dado conciertos utilizando las «esculturas sonoras» de los hermanos Baschet. Ha intervenido en diversos montajes teatrales de Lluís Pasqual y de Nuria Espert. Ha compuesto la música para Alesio de I. García May y para La Gran Sultana de Cervantes, con dirección de Adolfo Marsillach. Ha sido director musical en el montaje de Le Chevalier d’Olmedo de Lope de Vega, dirigido por Lluís Pasqual para L’Odeon-Theatre de L’Europe.

Ha grabado para radios y TVs en España, Francia, Reino Unido, Noruega, EE.UU., Canadá, Australia y ha participado en más de 100 discos destacando sus trabajos propios: Nocturnos y Alevosías y El Aroma del Tiempo. Colaboró en el disco de Paul Winter que obtuvo un Grammy en 1993.

Desde 1986 trabaja con Jordi Savall, participando en la mayoría de los programas de Hespèrion XXI, La Capella Reial de Catalunya y Le Concert des Nations. Colabora habitualmente con Laberintos Ingeniosos, Accademia del Piacere, Forma Antiqua y Euskal Barrokensemble. Ha sido profesor de Percusión Histórica en la ESMUC (Escola Superior de Música de Catalunya).

Imparte cursos, clases magistrales y conferencias con regularidad en España, Portugal, Francia, Italia, Bélgica y Holanda.

Imágenes

Carles Blanch (© Sergio Ávila)

Pedro Estevan (© Alfredo Arias)