Rotonda Avda. Ramón y Cajal - Avda. de Hytasa

Nombre: Rotonda Avda. Ramón y Cajal - Avda. de Hytasa

Tipo: Glorietas y rotondas

Distrito: Sur

CP: 41005

Situación: Desde Avda. de La Paz hasta Avda. de Andalucía

Acceso: líneas: 2, 26 y 38

Superficie: 230 m²

Descripción:

Está situada en la confluencia de  la Ronda del Tamarguillo con la avenida Ramón y Cajal y la avenida de Hytasa. Fue construida, junto con el resto de la Ronda del Tamarguillo, como rotonda o glorieta para ordenación del trafico, fórmula que se ha vuelto habitual para canalizar la circulación facilitando los diversos giros con el menor número de semáforos posible.

Hay distribuidas varias a lo largo de las vías trazadas en la ciudad con motivo de la puesta en práctica del Plan General de Ordenación Urbana de 1987 y terminadas en fechas cercanas a al Exposición Universal de 1992. Destacan, junto a otras, las existentes en esta gran avenida de circulación interior, construida sobre el antiguo cauce del arroyo Tamarguillo que ahora discurre entubado debajo, y las trazadas a lo largo de la calle Torneo y su prolongación hasta San Jerónimo. Las principales son tratadas en diversos apartados de manera individualizada.

Constituyen nudos de comunicación que sirven asimismo para fragmentar las prolongadas avenidas en las que se sitúan, separando entre sí tramos de las mismas que suelen presentar, cada uno, distintas soluciones de jardinería  urbana, casi siempre basadas en paseos arbolados.

La ciudad antes de las fechas señaladas poseía pocas y sobre todo nunca se había cuidado tanto la jardinería en ellas, estando las que había o bien baldías o exclusivamente pavimentadas. Sólo algunas como la Plaza de Don Juan de Austria –La Pasarela-, la Plaza del Capitán Cortes (hoy llamada Gran plaza) o la Plaza de Cuba que desde siempre han merecido el calificativo de plazas y tenían cuidadas composiciones vegetales.

Con posterioridad se ha puesto especial cuidado en dotarlas de una vegetación tupida, con acertadas gradaciones hacia el centro de las mismas, combinando tapizantes, rastreras, arbustivas y árboles de variadas características que las han convertido en enclaves paisajísticos de notable calidad. En la mayor parte de los casos, aunque suelen poseer una pequeña acera que las encinta, no son especialmente aptas para el acceso directo de los peatones, pues en su mayoría no disponen de pasos para los mismos que permitan salvar el incesante trafico que a toda hora las rodea, ni tampoco áreas de paseo o asiento en su interior.  En ocasiones no cuentan, en las aceras situadas más allá de la calzada destinada al tráfico que las rodea, con una vegetación arbórea que sirva de respuesta al área central como en las plazas tradicionales. Por ello, se convierten en hitos vegetales de marcado carácter paisajístico que rompen la prolongada linealidad de las avenidas con vegetación que conduce visualmente al conductor- antes quizás que al peatón- desde su contorno hacia el centro.

A este planteamiento responde esta glorieta circular, visible fácilmente tanto desde la Ronda del Tamarguillo como desde las otras dos calles que en ella confluyen. Se encuentra rodeada de una pequeña acera que la ciñe en su totalidad, separada de la calzada por un bordillo que eleva el plano de la misma sobre ésta. La zona ajardinada, que se extiende a continuación, está encintada por una verja –de unos 40cm de altura- constituida por semicircunferencias que se entrecruzan. En su interior, y formando una franja concéntrica, una tupida masa de lantana de vistosas flores amarillas (Lantana camara var. Flava), varios grupos arbustivos dispersos para acabar en el centro con un aislado ejemplar Laurel de Indias (Ficus microcarpa) que constituye el centro y foco de toda la composición. La sencillez de ésta, basada en la contundencia del ficus solitario arropado por la cinta amarilla de las lantanas en todo el derredor, la convierten en un ejemplo de sencilla pero a la vez elegante y eficaz solución paisajista para un nudo de tráfico.